14 October 2012

Otterstedt

DSC04820Después de ocho días de viaje, nuestra última parada era Otterstedt, el pueblo donde vive la familia de Sven. El programa allí era merendar, relajarse frente al lago y cenar antes de irnos. El pueblo es hermosísimo, tiene casitas de madera que parecen salidas de cuentos de hadas (o de proyectos de Taller 2), están rodeadas por árboles y se comunican entre ellas por unas callecitas estrechas de polvo. Después de un largo trayecto en carro nos revitalizamos con café y pastel hecho por la mamá de Sven, mientras platicábamos sobre cómo es la vida en Latinoamérica. Sven me mostró el invernadero que él mismo construyó y del cual me permito poner fotos porque estaba genial.

After eight years of traveling, our last stop was Otterstedt, the town where Sven’s family lives. The program there was to have a snack, relax by the lake and have dinner before leaving. The town is absolutely gorgeous; it has little wooden houses that seem to belong to fairy tales (or from our Workshop II course in the university), they are entirely surrounded by trees and they communicate by narrow dusty streets. After a long journey in the car we regained our strength with some coffee and cake made by Sven’s mother while we chatted on what life is like in Latin America. Sven showed me the greenhouse he built by himself and it is so great I had to post pictures of it.

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Luego aprovechamos que había sol para ir al lago que quedaba a la vuelta de la casa, donde Esther, Sven y su hermana decidieron bañarse. Ni Pame ni yo nos quisimos meter al agua, no puedo concebir bañarme en agua fría y preferí mejor quedarme tirada en la grama leyendo revistas, pero me da mucha risa ver cómo mis amigos siempre aprovechan el más mínimo rayo de sol que aparece. En realidad, a lo largo de nuestro viaje tuvimos mucha suerte ya que siempre tuvimos días soleados, excepto en Hamburgo donde llovió pero no hacía tanto frío.

Since it was sunny we went to the lake located near the house and Esther, Sven and his sister decided to take a dip in it. Neither Pame nor I wanted to get in the water; I personally cannot imagine doing it when the water is cold so I preferred lay on the grass while reading magazines. I find it funny how my friends always make the most out of any little sunshine they get. Actually, all throughout our trip we got very lucky since we always had sunny days except in Hamburg where it rained but it wasn’t that cold.

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Regresamos a la casa a cenar en familia y a platicar antes de irnos. La mamá de Sven nos envió q casa con jalea que ella misma hizo. Guardé la jalea para compartirla con mis papás y mi mamá particularmente le encantó, ya que ella también hace jalea de las guayabas del árbol de mi casa. Espero poder regresar a Alemania para llevar de esa jalea como regalo. Nos despedimos de la familia de Sven y de sus animalitos y fuimos de regreso a Herten, de donde partimos al día siguiente en dirección a París y luego a Bordeaux.

El tiempo pasó tan rápido pero debo decir que fue uno de los mejores viajes que pude hacer en estos dos últimos años. Como discutíamos con el papá de Esther, tuvimos la oportunidad de conocer lugares muy inusuales de Alemania, ya que lo turístico son siempre las grandes ciudades. Definitivamente que nada se compara con poder compartir con gente del país y aprender directamente con ellos cómo es la vida allí. A veces pareciera que los clichés que se tiene de los países son ciertos, porque nadie puede negar que la agitación y el desorden que se ve en Italia – que me encanta por cierto - no se pueden encontrar en la inmaculada y organizada Alemania. Pero en Alemania, donde se dice que la gente es fría y distante, conocimos a muchas personas que nos recibieron con mucho cariño y estaban muy contentas de mostrarnos su país, por lo que sé que los clichés tienen mucho de falso y de reductores. Cierro entonces este capítulo sobre el país de mi amiga, esperando algún día tener la oportunidad de devolverle su gentileza cuando venga a hacer su tour por América Latina y deseando poder conocer más de Alemania en un futuro muy cercano.

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We got back home to have dinner with the family and chat before we left. Sven’s mother sent us with homemade jam she had cooked herself. I shared it with my parents and my mother particularly liked it, since she also makes homemade jam out of the guavas from the tree in our house. I hope I’ll go back to Germany to bring her jam as a gift. We said goodbye to the family and their pets and we went back to Herten, where we would leave the next day heading to Paris and then Bordeaux.

Time went by so fast but I must say it was one of the greatest trips I got to do these last two years. As we were discussing with Esther’s father, we had the opportunity to travel to unusual places in Germany, not the typical touristy big cities. Nothing compares to being able to share with people from the country and learning directly with them what is like there. Sometimes it seems that clichés about the different countries are true, since no one can deny the bustle and the chaos you see in Italy – which I absolutely love by the way – can be found in immaculate and organized Germany. However in Germany, where people is said to be cold and distant, we met so many people who all were very welcoming and happy to show us their country, so I know clichés can be false and narrow. I then close this chapter on the country of my friend, hoping to be able to return her kindness whenever she decides to do the great Latin American tour and wishing to get to know more from Germany in a near future.

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