06 January 2009

El Facebook como instrumento de tortura

Todo aquel que invierte (¿?) su tiempo viendo VH1 sabe a estas alturas que el creador del Facebook, un muchachito apenas unos años mayor que yo, graduado de Harvard, es uno de los hombres más ricos del mundo. ¿Cómo es posible, me preguntaba yo, si uno se inscribe a la página de manera gratuita? Cómo es posible, me preguntaba yo, y entré por milésima vez en el día a revisar si había algo nuevo desde la última vez que lo hice, hace 2 horas.

Facebook es probablemente lo más efectivo que he encontrado para sentirme mal por mí misma desde la reality tv. Mientras que los programas de “realidad” me mortifican porque gente de mi edad o mucho menor consigue mucho dinero, fama y oportunidades increíbles sólo por dejarse grabar en su magnífica trivialidad, todavía me queda el consuelo que son personas de otro país, muy lejanas, con las que no tengo absolutamente ninguna relación. Pero cuando veo que gente que conozco, peor aún, gente por la que no daba un centavo cuando estaba creciendo, conociendo lugares geniales y teniendo experiencias impresionantes, no puedo evitar preguntarme qué fue lo que yo hice mal.

Soy una pésima usuaria: mientras mis amigos cambian a cada segundo su estado, “Estoy en París!” “De compras en Roma” “Vacations in London!!!!”, yo me siento emocionada cuando voy al Mall o a las Cascadas, y lo más cercano que he estado al extranjero en los últimos años ha sido el viaje a Tatumbla hace 3 semanas; ni siquiera Valle de Ángeles recuerdo ya. Las únicas fotos de lugares impresionantes que podría mostrar serían de Undercity, o de los paisajes de Ruby Dragonshire y no creo que nadie capte la ironía en esto. Además que mis updates no conmocionarían a nadie. ¿Qué hago en este momento? Trabajo en Obras. ¿Qué me espera para mañana? Estudiar Obras. ¿Qué es lo mejor que me podría pasar en el futuro? Pasar Obras para ver si algún día yo también me voy de este país y poder lucirme frente a todos que tuve la oportunidad de viajar. Es como estar en una reunión de ex alumnos que nunca va a terminar, es detestable y no sé por qué me castigo de esa manera. A todo esto, no entiendo la diferencia entre ser amiga en el Facebook con alguien y ser su amigo en la vida real, porque hay personas que me encuentro en la calle que me tienen como contacto pero que no me dirigen la palabra. Tal vez me agregaron por las mismas sombrías razones por las que yo me dedico a agregar a cualquier individuo al que le reconozco el nombre: por el morbo de observar desde mi guarida lo que hacen los demás. Pero yo me he ganado mi morbo, tengo que compensar la falta de emoción de mis actividades, los amigos reales –que son contados- con los que sí me relaciono, y la eterna monotonía de los días anteriores que seguramente se parecerán a los que han de venir. Ni siquiera las fotos que publico son tan diferentes entre sí: los únicos eventos especiales que juzgo merecedores de un recuerdo en la vejez son las cenas con mis amigos, y todas ellas son en el mismo lugar, con la misma gente, haciendo las mismas poses mientras preparamos la misma comida de la ocasión anterior (Bessy no creas que me olvido, tengo que recopilarte las recetas). Y de todas formas detesto fotografiarme. En cuanto imagino que voy a salir en internet mi boca empieza a expandirse, un ojo se me cierra horrendamente en comparación al otro y mi nariz empieza a querer alcanzar la cámara. Es traumático y siempre se nota lo incómoda que estoy. Por eso mi foto de perfil es una caricatura de manga que hice en una página hace algún tiempo.

Es una adicción espantosa, mezquina y soy una mala persona por lo que hago. De verdad que lo quiero dejar, prometo algún día dejarlo. Regresar a los tiempos en los que la magia de la casualidad volvía un encuentro inesperado algo que realmente me emocionaba, escribir correos y no notas en un Wall preguntando qué te has hecho, deseando feliz cumpleaños o feliz navidad. Dejar de reírme por las personas que envejecen horriblemente y que se dan demasiado crédito tomándose tantas fotos. De verdad, de verdad que lo voy a dejar, pero no estos días en los que paso encerrada en mi cuarto por estar en el limbo de no ser una estudiante y no ser tampoco un miembro del mundo del trabajo. ¿Qué hago en este momento? Me corto las venas de los ánimos y me desangro la motivación.

6 comments

  1. Yo cuestionaría dos cosas:

    1- Que todos aquellos que envidiás haciendo tantas cosas que vos quisieras realmente sientan la satisfacción que vos creés que sientan, y

    2- Que el hecho de que por ejemplo, sigas siendo estudiante y sigas en tu país te convierta en tan fracasada como te pintás.

    Una amiga decía que siempre uno es mejor que alguien y siempre hay alguien mejor que uno. Te has puesto a pensar que en nuestra zona, sos una muchacha privilegiada? Y no me refiero solo a las oportunidades, sino al hecho de que tenés una visión que va mas allá de lo que muchos ricachones de nuestras tierras no poseen.

    Después de todo, personajes tan vácuos como Paris Hilton (por citar solo una) hacen todo lo que envidias, y no creo ni veo justo que siquiera desees ser como ella.

    Yo creo más en las cosas que cuestan, que hay que ganarse, que implican un precio. Se me hace que todo lo que te espera a vos en tu futuro está siendo pagado ahora.

    Estás sumida con ese morbo que describís, viendo lo que otros hacen que vos no, y no te das cuenta que posiblemente más de una persona deseara hacer trueque de sus viajes y haberes por tu talento e inteligencia. Look at the bright side.

    Espero que no te aburra que te escriba el mismo perdedor, con la mísma tónica, más o menos a la misma hora de siempre, y despidiéndose igual que siempre, con un abrazo :D

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  2. Envidiosa!!! :P

    Yo no entiendo muy bien el facebook... se me hace más bien aburrido, pero vamos, si tanto ansias salir, te invito a las elecciones municipales en el Salvador el 15 de enero con todos los gastos pagados XD (no es broma)

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  3. Anonymous2:46 PM

    Hola Marcela,

    Es un placer leerte y revivir en tus escritos la ilusion que sentia cuando era estudiante. Eres una persona que tiene un gran potencial y puede dar mucho a este pais.

    Un saludo.

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  4. Yo al facebook sólo entro a chambrear. Casi nunca pongo cosas ni le pongo cosas a nadie. No sé. A mí me gusta chambrear. A todos nos gusta chambrear. Raro es poner un cagadal de cosas y fotos y eso. Esos son los raros. No sé, yo creo.

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  5. ¡Calma!

    Le tomo la palabra al primer comentario y a ver si te animás a hacerle caso a Satur.

    No uso face, me limito a hi5 y se acabó.

    A veces pienso como vos y, no lo veas como mala broma, lo hago en buen sentido; pero el tango "cambalache" de Enrique Santos Discépolo me relaja mucho y, creeme, se aplica al siglo XXI también. Búscalo en youtube.

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  6. Mira que yo cerre el facebook, hi5, blog, y todo lo demas despues de varios años porque me hacian sentir muy muy... no se :S

    Saludos :)

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