14 August 2008

La Expo Construye

Tengo mucho tiempo de estarme preguntando cuál sería el equivalente en otras carreras a la Expo Construye para Arquitectura. No es la Feria del Libro para Letras, porque no hay nada en venta, no es Fashion Week para los estudiantes de Diseño de modas, porque tampoco se muestran obras nuevas e importantes… Probablemente no haya nada comparable, pero la emoción por pertenecer a una carrera y celebrar por ello sí ha de poder entenderse. La Expo Construye es un evento anual que se realiza en algún hotel de la capital, en el que se invitan a varias compañías que se dedican a la venta de materiales, sistemas constructivos o a la construcción pura a que instalen un stand y promocionen sus productos. Se organizan charlas instructivas, y toda la cuestión es gratis y abierta al público en general. La generación que llevó Materiales de Construcción 1 con --- tiene como tradición asistir a este evento, ya que como el dichoso arquitecto no hace exámenes ni nada, califica a sus alumnos en función de cosas como dedicarse a recolectar brochures. Su idea original era que cada persona tuviera su propio catálogo de materiales, pero nosotros acumulamos las publicidades y el señor nunca nos pidió el catálogo. Ha de resultar irritante para los pobres ingenieros que se aprenden de memoria sus discursos promocionales tener que gastar sus habilidades y número limitado de hojas y tarjetas de presentación en niños pequeños estudiantes de los primeros años de universidad. Muchos de ellos nos decían que no estaban autorizados a darnos más de un brochure por grupo de estudiantes que se acercaba a preguntar sobre su producto, pero la mayoría era muy amable y se tomaban el tiempo de explicarnos lo que ofrecían, para qué servía y cómo podríamos incorporarlos en nuestros diseños, especialmente porque varios sistemas que se introducen en la exposición son novedosos y la gente o no los conoce o es reacio a utilizarlos en las construcciones. Muchos saben que los estudiantes son presa a futuro, porque cuando uno está empezando es fácilmente impresionable y una persona amable puede resultar totalmente convincente. Por ejemplo, el sistema Convictec consiste en paredes de 10 cm de espesor, con núcleo de poliestireno expandido, malla de gallinero y dos centímetros de mortero que protegen la estructura, a ambos lados. En lugares como Honduras donde nada que no sea de bloque de concreto se considera confiable, esta propuesta a algunos les resulta escandalosa. En esa primera Expo Construye, con unas amigas asistimos a la charla de Covintec, que la daba un ingeniero muy atractivo y que además nos regaló camisetas, lápices y cds. De alguna forma nos sentimos eternamente en deuda con ellos.

Pues el chiste de esto es pasar por todos los stands, que las personas te expongan lo que venden y recoger la mayor cantidad de panfletos. A veces a algunos suertudos les dan catálogos completos de productos, pero tengo la teoría de que seguramente no los obtienen por métodos legales. El asunto es muy emocionante, y como comprobé en muchos Diseños pero sobretodo en Taller III, es bastante práctico también, porque cuando te empiezan a pedir especificaciones técnicas en los planos, a veces es necesario poner hasta el teléfono de la persona que vende en tu localidad lo que estás proponiendo.

Pero ahora, a dos semanas de empezar mi último semestre en la universidad, este evento toma matices diferentes, que jamás había contemplado. Ya no hay maestros que me obliguen a ir, voy por iniciativa propia, esperando ver a las compañías de siempre, pero sorprendida por todas las novedades que hay. Una compañía ofrecía las paredes de Covintec, pero ahora incorporaron un entrepiso con bovedillas de piedra pómez y muros perimetrales prefabricados con aspecto de ladrillo rafón. En otro lugar se estaban ofreciendo estructuras metálicas para casas o naves industriales, reemplazando estructuras de madera para ser forradas con panelit. Aprendí que el futuro de las techumbres snobs van a ser las láminas metálicas recubiertas de shingle con forma de teja. Nos reconciliamos con una empresa que instala ventanas y que en las temporadas de pedir brochures para el catálogo de Taller 1 no nos quiso ayudar por lo que la teníamos marcada en la lista negra de “Nunca comprar”: ahora se fusionaron con una tienda de mobiliario modular para oficinas, y venden también cortinas automáticas. Si a alguien le toca construir una piscina, cisterna o parque acuático puede consultarme para recomendarle un excelente lugar. Nuestro proyecto de Diseño 8 tiene que incluir de alguna forma un calentador solar de agua que vimos allí, es demasiado sencillo para no aprovecharlo. Y sacaré mi ficha de Obras II para comparar el costo de mandar a hacer una caja de registro en comparación a comprarle una, pre fabricada, a Amanco.

Nuestra tarde fue genial, porque todavía no nos vestimos como gente que trabaja, pero nuestras caras demuestran nuestro estado veterano. Ahora nadie nos niega nada, todos nos tratan bien y ahora sí me conviene conservar las tarjetas de presentación, por si en algún proyecto se me ocurre proponer algo en específico. Nuestras preguntas son sabias y demuestran la cantidad de años que nos hemos dedicado a ser arquitectos de papel: ¿Cómo se paga? ¿Ustedes se encargan de la instalación? ¿Cuánto cuesta el metro cuadrado de esas preciosas ventanas de PVC en comparación con una más modesta de aluminio? Es como una convención de trekkies, babeamos por cosas que nadie fuera del medio podría entender, como esas muestras increíbles de duchas de piedra, o las cerámicas miniatura con iluminación por debajo. Si la manada de estudiantes de la facu y de otras universidades han dejado todavía algún papelito, o si sencillamente quisieran ir a escuchar los nuevos avances en mercadeo y construcción, la Expo Construye está hasta el sábado en el Complejo Hotelero San Martín. Tal vez me vuelva a dar otra pasada por allí.

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