18 July 2007

The Real World: Organización de Obras

Este extraño período de transición en mi carrera estudiantil es sólo entendible cuando recuerdas qué era tener 13 años y saber que no pertenecías a ningún lado: no eres un niño pequeño, poderoso y creativo, pero tampoco eres un atormentado e inseguro adolescente. Contemplas el panorama de la madurez, desde tu altar protegido: esta es la pubertad arquitectónica.

Las nuevas generaciones invaden los pasillos de mi facultad. Si antes no conocía a mucha gente porque todos eran un montón de veteranos aburridos, ahora no conozco a nadie porque son muy jóvenes para estar dentro de mi radio de influencia. La tercera edad se encuentra, en su mayoría, haciendo sus prácticas profesionales, y han alcanzado el glorioso estado en el que no hay clases vacacionales que puedan matricular, dejando a mis contemporáneos el duro trabajo de representar a aquellos que tenemos una pequeña idea de lo que realmente significa este noble oficio. Sólo que tengo que confesar que no es mucho.

En los primeros semestres como estudiante se permite que conserves tus delirios artísticos, porque tu poca exposición al trabajo ajeno te hace creer que tienes potencial, que esos chispazos de inspiración pueden llegar a ser algo genial. Haces dibujos, unas cuantas maquetas, pero el profesor de Introducción al Diseño advierte sobre la nube que se avecina: no importa qué tan increíbles sean los alumnos en las clases iniciales, en Diseño I hacen casitas cuadradas con techos a dos aguas. Unos cuantos diseños después, no hay restos de tu ego infantil, tampoco hay una gran fe en el futuro, y tienes tanto trabajo que estas demasiado ocupado para preocuparte de la falta de fundamentos teóricos de tus diseños, los de tus maestros o de la gente que construye en tu ciudad. Pero la tempestad se aquieta y aparece un rayo de luz a la distancia, uno que nunca te molestaste en considerar debido a su lejanía e improbabilidad: el mundo real.

Este universo paralelo del que en las aulas sólo se menciona en cuentos de terror y desgracia, es ahora una meta palpable a la cual aspirar. Es más responsabilidad, pero también mayores beneficios, el más grande de ellos saber que no haces dibujitos absurdos en papel: estamos hablando de dominar lo físico, poder ver en vivo y en directo los materiales cobrar forma, las multitudes de empleados obedecernos. La dimensión real de la arquitectura es la construcción, pero mientras espero algún día tener frente a mí una de esas cosas que sirven para fijar clavos, tengo que calmar mis inquietudes con un premio de consuelo.
Hace unos meses creía que con la clase de Taller iba a trascender la abstracción de los planos, pero, queridos lectores, se aprende a construir cuando se aprende a pagar lo que se proyecta. (La economía una vez más, demostrando ser el origen de los conocimientos.) En Organización de Obras, estamos calculando el presupuesto de una pequeña casa de habitación, pero la cantidad de trabajo es titánica, espeluznante, interminable, terminas una actividad y se reproduce en quinientas más. Cada mínima pelusa que se mezcla, se levanta o se pinta, debe ser cuantificada y cobrada. Pero extrañamente es muy entretenido. Es lo más real que he hecho en toda mi vida, y se siente bien saber que hay mucho más que las paredes desteñidas de esa universidad. Como expliqué en el principio: ahora estamos en el reino de lo tangible, pero sin la asoleada que están sufriendo los que sí están allá afuera en estos momentos.

6 comments

  1. que bueno que lo estás disfrutando. hablas con el análisis de una señora grande, pero con la pasión de descubrimiento de una niñita. excelente!
    un abrazo

    d

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  2. Anonymous10:41 AM

    Cual señora grande, sos una guirra dunda todavia. Oime, ya habias escirto un post bien parecido. Deja de repetir las cosas.

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  3. Anonymous2:37 PM

    No Avilio, vos estás muy equivocado, de hecho estás tan equivocado que no merece la pena discurtir al respecto.
    Saludos

    Y Marce: Qué bonito lo que escribiste! tu escrito tiene arte.

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  4. 2 Cosas:

    - La gente que habla como que está aprendiendo (Marcela) siempre tiene algo nuevo e intersante que compartir. La gente que dice haber aprendido se dedica (cual si fuera competencia) a despotricar lo que los demás aprenden.

    - Nunca dije que Marcela fuera una señora grande (supongo que de hecho no ha de ofenderle que se diga eso). Dije que hablaba como una, por su sentido analítico. Lo realmente importante es que habla 'con la pasión de descubrimiento de una niñita'.

    Dicho sea de paso... entra dentro de la clasificación de 'guirros dundos' la gente a la que hay que explicarle las metáforas y tras de no entenderlas, las usan para agredir? Después se quejan por que dicen que repiten las cosas...

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  5. Anonymous8:41 AM

    Another "guirra dunda"'s statement:
    "I am among those who think that science has great beauty. A scientist in his laboratory is not only a technician: he is also a child placed before natural phenomena which impress him like a fairy tale."
    - Marie Curie

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  6. Anonymous9:42 AM

    viste marce, lo logré al fin !!! que felicidad.

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