17 July 2006

al parecer esta es la semana de la nostalgia en el blog

El mismo año que fui desterrada lejos de Bertha en el Liceo, me tocó sentarme al lado de Victoria y enfrente de Mario Fernando y Rodrigo G. Estábamos atrás de la fila y podíamos platicar sin muchas interrupciones durante las clases. Ellos nos molestaban por que nosotras teníamos la costumbre de nunca quitarnos el suéter, no importa cuánto calor hiciera, y nosotros los molestábamos por que eran niños, y qué mejor razón que esa existe.

A mí me decían que yo le gustaba a Rodrigo, pero yo nunca lo quise creer hasta que un día mi lapicera salió volando de la mesa, y él fue el único, entre un grupito de compañeros, que se abalanzó a recogerla. Fue una revelación: él también me gustaba a mí. Esas eran las declaraciones de amor silenciosas en esa época. Él me perseguía con su pistola de agua por toda su casa, el día que nos invitó a celebrar su cumpleaños; yo lo pinchaba con una punta de compás y le sacaba sangre.

Nunca ninguno de los dos dijo algo al otro. Y él se fue con su mamá y su hermano mayor a Houston al final de ese año.

Algo bueno tiene el Hi 5 y es que lo encontré y me agregó a su lista de amigos. Pero no responde mis mensajes. No me lo tomo personal, por que hace un tiempo me encontré a su mejor amigo que vive aquí y tampoco responde los suyos.

Siempre pasaba cantando “el eclipse no fue parcial” y nunca supe de qué hablaba hasta que me regalaron el disco, mi primer disco de música decente (no el primero que escuché, pero sí el primero que elegí). Así que esa es su canción en mi mitología personal.


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4 comments

  1. las verdaderas declaraciones de amor son siempre silenciosas porque son las que no puedes controlar.

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  2. Anonymous10:44 AM

    esa canción, maldita canción.

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  3. Yo sabía que vos lo ibas a entender ;)

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  4. Me encantan esas sutilezas para demostrar amor...Genial Soda,espero poder ir al cncierto de Cerato en Agosto,un abrazo Marce:)

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